Sesiones clínicas en el tercer milenio

Obi-wan dice: cuando los niños de los centros docentes discuten sobre cúal de sus centros es mejor para los residentes, uno de los argumentos que se suele utilizar con más demoledora seguridad es:

– ¡Pues en mi centro hacemos sesiones todos los días!

Y ya está. Somos la hostia. Postraos. De hecho, he oído a jedis presumir de que en su centro tienen una media de más de una sesión diaria. Como si esa exageración garantizara su excelencia docente. Frente a esas afirmaciones, nadie se plantea nada porque, como dice un texto sobre sesiones clínicas extraído de la revista Tribuna Docente:

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Gracias a Dios, el artículo no se queda ahí y el resto es de lectura recomendable para quién quiera vitalizar las sesiones de su centro.

He asistido a cientos de sesiones. En hospitales y en centros de salud. De padawanes, jedis, expertos pagados por laboratorios o no, psicólogos, enfermeros, farmaceúticos, asociaciones ciudadanas y gerentes. ¿He aprendido algo? Pues, con perdón, muy poco proporcionalmente al tiempo empleado. Las sesiones clínicas siguen siendo muy parecidas a las de hace 20 años. Hemos cambiado el retroproyector y las transparencias por el Powerpoint, y ahí se han quedado las novedades. Mientras la sociedad se hace ultradigital e hiperconectada (ya hasta los blogs se están quedando antiguos, adelantados por el Caralibro -merci, Cocoliso– y el Twitter) y nuestros colegas de otros países se plantean la utilidad médica de los últimos gagdets, las sesiones de los centros de salud siguen en el milenio pasado, ancladas en el busto parlante que con más o menos gracia nos devana su saber.

Quizá deberíamos plantearnos nuevas maneras de compartir nuestros conocimientos. No puedo presumir de ser un experto en los recursos de internet, pero puedo citar la existencia de blogs hechos por médicos y farmaceúticos que invierten su tiempo en darnos información ya masticada, de revistas que cuelgan en la red sus contenidos, de universidades que proporcionan podcasts con los que aprender farmacología e inglés, de médicos que se curran páginas con miriadas de enlaces, youtubes para oftalmólogos, de listas de correo en las que los miembros comparten información, novedades, opiniones y disputas, de grupos de Google o de Facebook (ya hay centros que los utilizan) en los que relacionarse y poner en común lo que sabemos o encontramos en nuestras cibercacerías.

¿Siguen siendo necesarias o siquiera convenientes las sesiones tradicionales?

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PS: Las conversaciones que mantenemos padawan y yo vía Google Talk, ¿cuentan como microsesión, valdrían para el portfolio?

3 Responses to Sesiones clínicas en el tercer milenio

  1. Rocambole dice:

    Efectivamente. Pura web 2.0 (aunque ya parece que esta se va a quedar vieja y va dar paso a la 3.0). Pero la realidad es que los médicos que se sienten cómodos en estos temás no son muchos. Predomina el escéptico digital. Por eso, me temo, continuarán las sesiones clásicas.
    Por cierto, la foto, genial

  2. […] Wars. Turabián y Pérez-Franco los citan en el editorial de Atención Primaria, concretamente un post en el que también se preguntaban sobre la adecuación de las sesiones clínicas tradicional…. Va siendo cada vez más frecuente que los blogs sean citados en las revistas “serias”, […]

  3. Adela dice:

    Buen revulsivo, de esos que hacen falta de vez en cuando.

    No funciona el enlace del blog de farmacéuticos, tengo curiosidad por saber si es el de SEFAP

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